Ahora que ya sabemos el orden exacto en el que aplicar nuestros productos cosméticos dentro de nuestro ritual de mañana y de noche, es necesario detenernos en pequeños trucos de aplicación no menos importantes para potenciar su efectividad. Y es que hacerlo de la manera equivocada puede causar estragos en nuestra piel.
Desmaquillador
Hay que tener en cuenta la zona que vamos a desmaquillar. Si son los ojos, primero humedeceremos un disco de algodón con desmaquillador y lo aplicaremos sobre el párpado y pestañas, con el ojo cerrado obviamente. Presionamos suavemente, y pasados unos segundos, deslizamos hacia abajo, siguiendo la dirección de crecimiento de las pestañas. Repetimos hasta que el maquillaje se haya retirado y, lo más importante, nunca frotes ni hagas movimientos bruscos hacia los lados.
Para desmaquillar los labios, cogemos otro disco de algodón y volvemos a desmaquillar a toques, estirando suavemente los labios para retirar el maquillaje de los pliegues.
Para el resto del rostro, utiliza un nuevo disco (¡no escatimes!) y aplica tu desmaquillador con suaves y largos movimientos de arrastre hacia el exterior.
Limpiador
Con la cara desmaquillada, humedece tu rostro con agua tibia y aplica una cantidad de limpiador sobre las yemas de los dedos. A continuación, repártelo por el rostro haciendo movimientos circulares, insistiendo en las áreas más conflictivas, como la zona T, y sin olvidar el cuello. Aclara con abundante agua y sécate a toques, nunca arrastrando, con una toalla que sólo destines a tu rostro.
Tónico
Volvemos a los discos de algodón: aplica el tónico sobre el disco sin empaparlo demasiado, y deslízalo por todo el rostro en movimientos suaves y largos desde el centro del rostro hacia el exterior, evitando el contorno de ojos. Si tienes tiempo, coge otro disco con tónico y aplícalo a toques sobre rostro y cuello para reactivar la microcirculación.
Mascarilla
Una brocha de maquillaje limpia, del tipo que utilizas para aplicar tu base de maquillaje, es ideal para extender las mascarillas, así que hazte con una para este fin. Además, la sensación de aplicar la mascarilla con el pincel es muy relajante.
Exfoliante
Para los exfoliantes, tu herramienta clave son las yemas de tus dedos. Con el rostro humedecido, aplica el producto en movimientos circulares, insistiendo en nariz, frente y mentón.
Contorno de ojos
La mejor forma de extender tu contorno de ojos es a pequeños y suaves toques sobre todo el hueso orbital (zona de la ojera y bajo la ceja). No lo apliques sobre el párpado móvil.
Aceite facial
Extiende unas gotas de producto sobre las palmas de las manos y caliéntalo. Después aplica presiones con las palmas de las manos por varios segundos sobre frente y mentón, sienes y mejilas, nariz y parte central del rostro, ambos lados del cuello y escote.
Sérum
Tras haber calentado un par de gotas de producto con las yemas de tus dedos, aplícalo a toques sobre tu rostro desde el centro hacia fuera, sin olvidar la línea de la mandíbula y el cuello.
Hidratante
Hazlo con movimientos largos y muy suaves que comiencen desde el centro del rostro hacia fuera, con mucho cuidado de no estirar la piel (puedes provocarte arrugas). La piel del cuello y del escote es como la del rostro, así que no te olvides de estas zonas cuando apliques tu hidratante en la cara.