La primavera ha llegado para quedarse. Comienzan los paseos por el parque, los encuentros en las terracitas, el deporte al aire libre… hasta los más valientes se atreven a visitar algún destino costero en sus días libres.
Por eso, los protectores solares -tanto faciales como corporales- deben convertirse en un complemento esencial cada vez que preveamos una exposición solar prolongada, aunque deben utilizarse TODO el año ya que, aunque no lo creas, el sol también es dañino en invierno e incluso durante un día nublado.
Si bien es cierto que todavía no estamos del todo familiarizados con los protectores solares, en los últimos años se ha observado una concienciación mayor con el fin de evitar quemaduras, cáncer de piel, manchas solares y envejecimiento prematuro, entre otras cosas.
Pero ¿sabes qué es exactamente el Factor de Protección Solar y cómo utilizarlo adecuadamente?
Rayos UV y protectores solares
- Los rayos UV, más conocidos como Rayos Ultravioleta, se dividen en varios tipos:
- Los rayos UVC son considerados los más dañinos, aunque por suerte la capa de ozono los bloquea casi por completo.
- Por otro lado tenemos los rayos UVB, que atraviesan la atmósfera afectando a las capas más superficiales de la piel y son capaces de dañar las células provocando quemaduras e incluso cáncer de piel.
- Los más conocidos son los rayos UVA, capaces de penetrar profundamente en la piel y muy asociados a los efectos del fotoenvejecimiento y la pérdida de la elasticidad de la piel.
¿Y entonces qué es el SPF y cuál es su cometido frente a los rayos UV?
Podríamos decir que los protectores solares son los guardaespaldas de nuestra piel, ya que previenen que buena parte de los rayos UV nos afecten. Por eso debemos usarlos siempre que vayamos a exponer partes de nuestro cuerpo al sol y optar por aquellos que especifiquen que son de ‘amplio espectro’, lo que viene a decir que bloquean tanto rayos UVB como UVA.
Aunque los protectores no funcionan igual en unas personas que en otras, ya que el tipo de piel de cada uno es parte importante en este asunto. Hay personas que se queman tras 2 minutos al sol y otras que lo hacen al transcurrir 30 minutos.
Lo que también es importante es la elección del SPF. En el mercado podemos encontrar desde protectores con un SPF2 hasta los que muestran SPF+50 o denominados ‘pantalla total’. Teniendo en cuenta que un FPS 15 bloquea aproximadamente el 90% de los rayos UVB, un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 99 por ciento, podemos hacernos a la idea de qué tipo de producto escoger para no sufrir daños en nuestra piel.
Pero a veces no se trata de escoger un mayor o menor SPF, sino de aplicar el producto adecuadamente y en múltiples ocasiones si la exposición al sol es prolongada.
Por eso, si lo que quieres es obtener una protección solar completa, te recomendamos:
- Aplicar el protector solar unos 30 minutos antes de la exposición al sol para que la piel lo absorba adecuadamente y lleguemos preparados.
- Aplicar el protector de forma uniforme por aquellas zonas que lo necesiten cada 30-45 minutos.
- Reaplicar después de 15 a 30 minutos de exposición solar después de nadar, secarnos con la toalla o después de sudar, ya que se llevan buena parte del protector.
Debemos tener en cuenta que la piel es el órgano más expuesto de nuestro cubero, razón de más para cuidarlo y protegerlo al máximo.